30 DE ENERO, UNA CONMEMORACIÓN NECESARIA. BURKINA FASO

Huyendo de la violencia en Burkina Faso
Foto: TOM PEYRE-COSTA/NRC
El 30 de enero se celebra el Día Escolar de la No Violencia y la Paz. Por desgracia, la conmemoración de la Paz ha quedado relegada, como tantas otras cosas importantes, al ámbito escolar: palomas, manos pintadas de blanco, ramas de olivo, un No genérico a la Guerra, corros infantiles llenos de buenas intenciones y de ternura,... Es innegable la necesidad de educar en una cultura de Paz y en la resolución no violenta de los conflictos.  Pero ni la Paz es misión de niños y niñas, ni se puede aprender con una lección que se imparte una vez al año. 
La Paz es un compromiso con la Vida que exige vivir con los ojos abiertos, atentos a todo tipo de violencia que empaña la vida y la dignidad de los seres humanos.
La Paz es un compromiso con la Vida que exige no darse por vencido cuando la situación supera nuestras posibilidades de respuesta.
La Paz es un compromiso con la Vida que nos exige saber más, conocer mejor lo que está pasando en nuestro entorno más o menos inmediato.
La Paz es un compromiso con la vida que nos exige no cruzarnos de brazos ni mirar para otro lado.
Es por ello que queremos recordar las guerras y conflictos que asolan nuestro mundo en la actualidad: Desde Birmania hasta México pasando por Siria, Afganistán, Turquía, Yemen, Somalia, Sudán del Sur, República Centroafricana y República Democrática del Congo hay conflictos que siguen enquistados. 
Pero queremos comenzar por un conflicto que sentimos especialmente cercano pues las distancias que de verdad cuentan no son aquellas que se miden en kilómetros sino las que marcan los latidos del corazón. Nos referimos a la violencia que asola Burkina Faso.
El terrorismo en Burkina Faso comenzó en abril de 2015, cuando miembros de un grupo vinculado a la red Al Qaeda secuestraron a un guardia de seguridad rumano en una mina de manganeso de Tambao, en el norte del país, que aún sigue desaparecido. Desde entonces ha ido en aumento el número de ataques atribuidos a grupos afiliados a Al Qaeda y al Estado Islámico (EI).La región más afectada por esta creciente inseguridad es la del Sahel, que comparte frontera con Malí y Níger y es un foco habitual de ataques armados y secuestros.
El número de desplazados internos en el país se ha multiplicado por diez en el último año hasta superar los 560.000 y la cifra se prevé que se dispare hasta los 900.000 para abril en medio de una creciente ola de ataques obra de grupos yihadistas, pero también de un incipiente violencia intercomunitaria que enfrenta a comunidades que hasta ahora vivían pacíficamente. Los muertos en ataques han pasado de unos 80 en 2016 a más de 1.800 en 2019.  Las víctimas no han sido únicamente militares. Entre ellas se cuentan sacerdotes, estudiantes mujeres que iban a por agua o que hacían la compra.
¿Qué respuesta da el estado burkinés a esta amenaza? Burkina Faso es uno de los cinco países que componen la fuerza transfronteriza conjunta G5 Sahel -junto a Mali, Mauritania, Níger y Chad- con el objetivo de combatir el terrorismo yihadista en la región, pero no parece que sus resultados sean los esperados.  ¿Qué hace el resto de países? Nada.
Al menos nosotros no podemos mirar para otro lado.

Julia Aguilar
También en este blog relativo a Burkina Faso:

FUENTES:
https://www.europapress.es/internacional/noticia-huyendo-violencia-burkina-faso-no-hay-nadie-nos-proteja-20200128131028.html


Comentarios

  1. S, la paz que aquí en Burkina es UN GRITO DEL CORAZÓN: que la situación de violencia cese en Burkina Faso y en tantos otros países.
    Rosario

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