"AUNQUE HOY LAS NUBES TAPEN EL SOL, MAÑANA VOLVERÁ A BRILLAR"


El deber del superviviente es dar testimonio de lo que ocurrió, (...) hay que advertir a la gente de que estas cosas pueden suceder!

Centre Familial Vicenta María. Bobo-Dioulasso (Burkina Faso)
Comprometido con la información y la formación de la juventud. Luchando contra la ignorancia


Una cosa es hablar fríamente de un problema en tercera persona, por muy grave que sea y por mucho que nos duela, y otra abordarlo desde la intimidad de uno mismo,  dar testimonio de él en primera persona.
En la entrada anterior hablábamos de SIDA: sus orígenes, su desarrollo desigual dependiendo de diversos factores, las medidas acometidas para luchar contra él, el estado actual de la cuestión en África, en Burkina Faso.... Hablábamos en tercera persona, nos dolía pero no lo vivíamos.
En esta entrada tenemos la oportunidad de hacernos eco de la historia de W.Y., llamémosle así, una historia traducida y transmitida por sor Rosario Martínez sobre un texto escrito por una chica vecina de su barrio: 

“Aunque hoy las nubes tapen el sol, mañana volverá a brillar”; entre otras muchas cosas, eso es lo que aprendí de mi madre en los pocos años que pude disfrutar de su compañía. Me llamo W. Y, tengo 19 años, soy huérfana de padre y de madre. Desde que nací camino con una sombra detrás de mí que condiciona mi vida: soy seropositiva. Hoy vivo con mis abuelos paternos. Cuando mi madre dio a luz a mi hermana cuatro años mayor que yo, la alegría vino al mundo pero teñida de ese color purpura que nos marcaría para siempre pues mi madre contrajo el VIH en la maternidad… seguidamente contagió a mi padre. Esto lo supo cuando yo ya estaba concebida. Según me contaron yo nací como todos los niños pero poco a poco el diagnostico fatal se fue manifestando. Muy pronto mi hermana y yo quedamos huérfanas al cuidado de nuestros abuelos y tíos… gracias a ellos y a personas de buena voluntad nos hemos ido abriendo camino. Yo estoy en el instituto y si Dios quiere y tengo buenas notas, después de mi BAC quiero hacer la carrera de medicina: no quiero que más niños crezcan huérfanos por causa del SIDA; no quiero que más familias sufran por este “feo bicho” (el virus), no quiero que más muchachas vivan con esta sombra detrás de ellas condicionando su vida y dirigiendo su futuro. Hoy yo puedo dar gracias a Dios porque los avances de la medicina, el diagnóstico precoz y los medicamentos que he recibido gratis me permiten llevar una vida casi como la mayoría de mis amigas… pero sé que para todos no es lo mismo.
Hoy quiero gritar fuerte: ¡Socorro, Socorro!
¡No dejéis a los enfermos de SIDA y a las personas seropositivas en la cuneta…!
¡No dejéis que más niños, jóvenes y adultos se infesten…!
¡Haced campañas de sensibilización para los jóvenes, invertir en comunicación, en prevención y erradiquemos juntos esta plaga de nuestro querido mundo!
La vida es tan bella… que merece la pena invertir en ella… merece la pena soñar… planificar… querer ser feliz. 
¡Juntos podemos, juntos venceremos!


Los sentimientos más profundos se comunican en y desde el silencio. Este testimonio, además del agradecimiento por la generosidad que supone poner al descubierto una vida, se merece un largo silencio de reflexión. Pero no podemos poner un punto y final satisfecho tras su lectura. Estamos ante un problema que nos interpela y que nos ha de llamar a la acción. Cada cual según su talante. Cada cual según sus maneras. Y a W.Y. le podríamos recordar además unas palabras:

Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos

Ella es una luchadora y nos gustaría que supiera que no está sola.

IMÁGENES:
Sor Rosario Martínez
https://www.noticiasparamunicipios.com/municipios-madrid/fuenlabrada-reparten-mas-millar-lazos-rojos-los-institutos-dia-mundial-del-sida/


Comentarios

  1. Gracias, W.Y.
    Hace falta ser muy generosa y tener mucha fuerza interior para poner tu vida al descubierto en beneficio de los demás. Tocar el corazón de la gente es plantar semillas de futuro, no lo olvides.
    Julia Aguilar

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