8 - M. MUJER Y EDUCACIÓN EN ÁFRICA

Ella no sabe leer los tiempos

o alzar la voz para decir lo que piensa.

El arduo trabajo continúa desde el alba hasta que oscurece.

En los campos y en sus hogares

.....

Fragmento de Son las mujeres de África de MARY LAURENE BROWNE


África no es homogénea. Precisamente una de sus características es la diversidad: Cada uno de los 54 países africanos con etnias, religiones, culturas y circunstancias socioeconómicas distintas se enfrenta a una serie de desafíos que han de tomarse en consideración de una forma individual. Pero hay un denominador común: 

Las mujeres africanas tienen las tasas más altas de analfabetismo a nivel mundial.

En África una de las principales barreras a las que se enfrentan las mujeres y las niñas es el acceso a la educación y formación. Multitud de informes y estadísticas nos muestran que las niñas deben abandonar la escuela antes que los niños y que su tiempo de escolarización es menor.

Ser privadas de educación, es ser privadas de libertad, de capacidad de decidir, estar condenadas a matrimonios forzados, estar destinadas a la invisibilidad. 

Las estadísticas muestran un mundo frío y despersonalizado, pero reflejan una realidad que, nos guste o no, está ahí. Tratar de transformar esa realidad, en pos de un mundo nuevo más justo, pasa por tener en consideración esos datos y por partir de ellos para poner en marcha las estrategias y los recursos adecuados.

Imaginemos por un momento cómo sería nuestra vida si solo hubiéramos tenido 5 años de escolarización: ¿De los 3 a los 8 años?, ¿de los 6 a los 11? Pues esa es la media.

En África occidental y central, si una niña no ingresa a la escuela primaria antes de los 10 años, es probable que nunca lo haga.

Se calcula que hay más de 25 millones de jóvenes analfabetas entre 15 y 24 años en África subsahariana. 

No es difícil predecir qué futuro les depara a las adolescentes que nunca tienen la oportunidad de ser escolarizadas. De adultas, no serán capaces de leer o escribir lo más simple, y mucho menos de descifrar una receta médica, optar a una ayuda social (en caso de que exista), solicitar un crédito bancario o ayudar a sus hijos con las tareas de la escuela.

Es demasiado común en África obligar a una adolescente a abandonar la escuela para ayudar con las tareas domésticas y prepararse para el matrimonio. Hay familias que incluso deciden casar a las niñas para poder obtener unos ingresos y pagar sus deudas económicas, o simplemente para alimentar una boca menos. UNICEF calcula que hay 125 millones de niñas africanas que han sido obligadas a contraer matrimonio antes de cumplir los 18 años. Para 2050, la realidad será aún más triste, pues serán más de 300 millones de niñas las que se encontrarán en esta situación en África si no se toman medidas para remediarlo.

No lo olvidemos: 

La educación es una herramienta esencial en la lucha contra la pobreza.

Sin educación, sin acceso a una formación que les permita optar a un trabajo cualificado, los sueldos de las mujeres serán siempre menores y su desarrollo profesional y social se verá siempre muy limitado.


Pero además de sueldos hay que hablar de sueños, de esperanzas y de futuro. 

Hoy por hoy ése es nuestro gran reto:

Invertir en la educación siempre resulta rentable (ver en este mismo blog El poder de la educación).  Invertir en la educación de las niñas, en aquellos países donde sus índices de escolarización son muy bajos, es una apuesta segura para su propio desarrollo, el de las futuras generaciones, y para el crecimiento sostenible de los países. Las cifras lo demuestran:

Si la madre adulta ha recibido una educación, aumenta su propia salud y la de sus hijos, así como su empoderamiento económico y su nivel de autoestima, lo que contribuye de manera significativa a la reducción de la pobreza.

Este 8 de Marzo habría que decir bien alto, con dulzura pero con firmeza, que el movimiento feminista si no es sensible a las realidades de las más excluidas, como las Mujeres Africanas, las más vulneradas según las estadísticas, si no es capaz de acoger y reivindicar sus derechos, nunca podrá ser un movimiento con vocación de universalidad.

Los sueños y las esperanzas de la Mujer Africana trascienden el ámbito de lo personal. Su educación es la base que cimenta esos sueños. Apostar por ella es invertir en un futuro bueno, digno y más justo.

Julia Aguilar

FUENTES:

https://ayudaenaccion.org/ong/blog/mujer/ninas-africanas/

https://www.codespa.org/blog/2017/11/14/que-pasaria-si-invertimos-en-que-la-mujer-africana-tenga-acceso-a-educacion-y-formacion/

http://www.granma.cu/mundo/2017-05-24/el-rostro-poco-conocido-de-africa-24-05-2017-22-05-33?page=2

https://ayudaenaccion.org/ong/blog/educacion/educacion-ong-africa/

https://elpais.com/elpais/2017/03/07/africa_no_es_un_pais/1488927031_800765.html

 

 

 

 

Comentarios

  1. Mil gracias por este "grito" en favor de la MUJER.
    Desde África, donde estoy leyendo este artículo, te digo ti Julia y a todos los que lean esto: LA LUCHA CONTINÚA... y un día entre todos lo conseguiremos. Uamos nuestras manos, unamos nuestros esfuerzos, unamos nuestros corazones y hagamos de este "SUEÑO" un proyecto común.
    Apostemos cada día por la dignidad y la libertad.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Julia, sigue soñando la realidad. Cómo tú, yo creo en el porvenir, sigamos soñandolo, ayudando a que llegue sin tardar.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario