EL PODER DE LA EDUCACIÓN

Mi poder es la educación

No hay mejor política contra la pobreza y la desigualdad que invertir en educación

Esta afirmación, tan rotunda, no la hace alguien que ha hecho de su vocación por la enseñanza una profesión, ni de socios de organizaciones humanitarias que proporcionan becas a niños y jóvenes de países pobres. La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero como Día Internacional de la Educaciónpara conmemorar el papel que la educación desempeña en la Paz y el Desarrollo.

La experiencia mundial muestra, de forma numéricamente comprobable, la existencia de una estrecha correlación entre el nivel de desarrollo de los países y la fortaleza de sus sistemas educativos y de su investigación científica y tecnológica.

Según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un año adicional de escolaridad incrementa el PIB  per cápita de un país entre un 4 y un 7%.

Éste es un dato muy a tener en cuenta. Es algo objetivo y, para nada, extraído del argumentario bienintencionado de personas vinculadas con el ámbito educativo y/o la cooperación

El 24 de enero no es, pues, una conmemoración superflua. Su justificación está suficientemente demostrada: No se puede ejercer ninguno de los derechos civiles, políticos, sociales, económicos o culturales sin un mínimo de educación. Por ejemplo:

·         ¿De qué sirve la libertad de expresión si la persona no tiene las capacidades de formarse un juicio personal y de comunicarlo de forma correcta y coherente?

·          O el derecho al trabajo: ¿de qué sirve si se carece de las competencias necesarias para un trabajo cualificado?

La educación es la base del desarrollo del individuo, por supuesto, pero también es la base de una sociedad democrática, tolerante y no discriminatoria.

Es un bien social que hace más libres a los seres humanos y contribuye a lograr sociedades más justas, productivas y equitativas.... Pero, además tiene un papel relevante en el desarrollo de los pueblos. Es, digámoslo así, una inversión rentable.

La educación es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de las  personas y las sociedades, enriquece nuestra cultura, el espíritu, los valores y todo aquello que nos caracteriza como seres humanos y que contribuyen a diferenciar nuestras señas de identidad.

Además, es necesaria en múltiples sentidos:

·         Para alcanzar mejores niveles de bienestar social y de crecimiento económico.

·         Para nivelar las desigualdades económicas y sociales.

·         Para propiciar la movilidad social de las personas.

·         Para acceder a mejores niveles de empleo.

·         Para elevar las condiciones culturales de la población,

·         Para ampliar las oportunidades de los jóvenes.

·      Para el impulso de la ciencia, la tecnología y la innovación que son también fuentes primordiales de desarrollo económico.

·    Para reforzar los valores cívicos que fortalecen las relaciones de las sociedades.

·        Para el avance democrático y el fortalecimiento del Estado de derecho.

En definitiva, para que un pueblo sea capaz de elegir su propio destino.....


En las economías modernas, el conocimiento se ha convertido en uno de los factores más importantes de la producción. Fijémonos, por ejemplo en el potencial económico de los laboratorios que han conseguido crear vacunas contra la Covid-19.

Las sociedades que más han avanzado en lo económico y en lo social son las que han logrado cimentar su progreso en el conocimiento, tanto el que se transmite con la escolarización, como el que se genera a través de la investigación.

De la educación, la ciencia y la innovación tecnológica dependen, cada vez más, la productividad y la competitividad económicas, así como buena parte del desarrollo social y cultural de las naciones.

Atrás quedaron los tiempos en que se consideraba la inversión en educación como un gasto, como una aportación generosa, sin expectativas de verse reintegrada a nivel social ni económico. En la actualidad, el conocimiento constituye una inversión muy productiva, estratégica en lo económico y prioritaria en lo social. 

La educación no es un problema, la educación es una oportunidad, una solución.

Entenderla como tal y valorarla es el primer paso para comenzar a construir un mundo más justo, más libre, más equitativo.... y más desarrollado desde el punto de vista económico. La inversión en educación, lejos de ser considerada como una limosna bienintencionada ha de ser considerada como un inversión rentable.

Julia Aguilar

FUENTES:

https://trello.com/c/VCowgzb3/54-message-2

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/228240


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