30 DE ENERO, UNA CONMEMORACIÓN NECESARIA (II)


Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes. Tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes. Tristes.
Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes. Tristes.
Miguel Hernández

También el poeta Blas de Otero, frente a toda desesperanza, nos animó con su “Nos queda la palabra”  a no permanecer callados. Frente a los grandes conflictos que azotan a la humanidad poco podemos hacer, como simples ciudadanos de a pié que somos. Pero nos queda la palabra para darlos a conocer. Eso es lo que pretendemos con esta entrada con motivo de la celebración del Día Escolar de la No Violencia y la Paz, al que ya nos referimos en la entrada de anterior referida a Burkina Faso.

Siria, Afganistán y Yemen ocuparían con todo dolor  y merecimiento el podio de los países más castigados por la guerra en los últimos tiempos. Son ellos los países donde más personas murieron desde 2017 y de donde un mayor número de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares pero no son los únicos. Veamos:

En Siria, a pesar de que la guerra no parece que se haya agravado, el número de refugiados y desplazados internos no es comparable a ningún otro conflicto del siglo XXI. Antes de la guerra, en Siria vivían 20 millones de personas. De todas ellas, al menos 278.000 han muerto, 6 millones han cruzado la frontera y otros  7 millones han abandonado sus casas para trasladarse a otras zonas del país menos conflictivas. La guerra en Siria es la más larga y cruenta de la región. Por el tamaño y la población del país, ha generado una de las crisis de refugiados más graves desde la II Guerra Mundial.

Azotado por la guerra y la violencia política desde los años 70 del siglo XX, Afganistán ha sido uno de los grandes focos de inestabilidad y desplazamientos forzados en Asia Central. Tras la salida de las tropas soviéticas en 1989 el país comenzó una nueva etapa de violencia interna que culminó en la intervención de la OTAN en 2001. El país vive azotado por las luchas insurgentes desde entonces. Hay más de 5,1 millones de desplazados forzosos de Afganistán entre refugiados, desplazados internos y solicitantes de asilo.

Tras más de cinco años de guerra en Yemen, el país se ha convertido en el escenario de una de las peores crisis humanitarias del planeta. La extensión del conflicto por toda la región, el colapso de la economía, la inseguridad alimentaria y el derrumbamiento de los servicios públicos básicos han generado que el 80% de la población necesite ayuda humanitaria para sobrevivir. La ONU alerta de que la de Yemen podría ser la peor hambruna de los últimos 100 años en el mundo. El 53% de la población no tiene nada que comer y más de un millón y medio de niños sufren desnutrición aguda. ACNUR calcula que en 2018 hubo 264.300 nuevos desplazados internos.

En México no hay un conflicto armado abierto declarado. Sin embargo, las más de 200 células de narcotráfico que se estima existen en el país han causado la muerte de al menos 100.000 personas desde el año 2004. Alrededor de 345.000 personas se han desplazado internamente a otros lugares de México para huir de la violencia y las extorsiones en un país con una de las mayores redes de narcotráfico del mundo.

En Turquía, el problema viene de lejos. Desde 1984, el PKK —el Partido de los Trabajadores Kurdos— lucha contra el estado turco para reclamar mayores derechos culturales y políticos. El conflicto entre Estado y PKK, designado por el gobierno como “grupo terrorista”, ha causado en Turquía la muerte de 32.000 personas. Desde que ambos bandos rompieron las negociaciones en Julio de 2015, el conflicto ha entrado en una de sus etapas más mortíferas de las tres últimas décadas. Especialmente para la comunidad kurda que ha recibido ataques constantes a las principales poblaciones del sur del país, donde se encuentra la mayoría étnica.

Donde tampoco ha mejorado la situación a lo largo de los últimos meses ha sido en Birmania. Desde que en 2017 estallaron las tensiones entre la comunidad musulmana y la budista, las autoridades militares han perpetrado ataques continuos contra la comunidad Roghinyá en el Estado de Rakhine. Los asesinatos indiscriminados y la quema de aldeas han obligado a más de un millón de personas a abandonar el país. El Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas tildó la actuación de gobierno birmano de “limpieza étnica”.

Mientras que en Birmania la comunidad Roghinyá se ha visto obligada a cruzar la frontera y refugiarse en Bangladesh, en Nigeria la gran mayoría de damnificados por la violencia de del grupo islamista Boko Haram han huido a otras zonas del país sin llegar a cruzar la frontera. Según los datos del Centro de Monitoreo de Desplazados Internos, casi 2 millones de personas han tenido que dejar sus aldeas atrás para empezar de nuevo en otro lugar de Nigeria. Además, la violencia del grupo islamista Boko Haram se ha llevado la vida de casi 30.000 personas desde su creación en 2004. A todo ello hay que sumar el reclutamiento de niños como soldados.

El conflicto en Irak entre grupos armados y las fuerzas gubernamentales en los últimos años ocasionó que en 2018 hubiera 1,8 millones de desplazados internos en el país. El 53% de los desplazados en Irak son niños.

Y luego están las guerras olvidadas: Sudán del Sur, Somalia y Palestina.

Desde su independencia en 2011, Sudán del Sur ha vivido más años en guerra que en paz. Al conflicto armado que comenzó en 2013 hay que sumarle un subdesarrollo económico crónico que ha llevado a millones de personas a la miseria. El 65% de las personas forzadas a abandonar sus hogares son menores de 18 años. Actualmente hay 4,2 millones de desplazados forzosos de Sudán del Sur que son desplazados internos, refugiados y solicitantes de asilo. Los países de acogida tienen graves problemas económicos y no cuentan con la infraestructura necesaria para dar una adecuada acogida a tantas personas refugiadas.

Somalia, considerado en muchas ocasiones como ejemplo paradigmático de estado fallido, lleva en guerra interna desde los años 90 del siglo pasado. La mayor parte del país está fuera de control del Gobierno central, que en los últimos años ha logrado recuperar su influencia en el sur del país tras una ofensiva apoyada por la Unión Africana. A la violencia armada hay que sumar los estragos del cambio climático. Más de 2 millones de personas se han convertido en desplazados a causa de la sequía en Somalia, las inundaciones y el propio conflicto. Esto ha provocado que la población desplazada internamente se duplique, alcanzando los 2,6 millones.

¿Y Palestina? en realidad Palestina no está en guerra, porque ellos no tienen armas, pero Israel ataca de día y noche la franja de Gaza y responde con misiles al lanzamiento de piedras. El llamado 'acuerdo del siglo', hecho público hoy mismo, concede a Israel demandas históricas, como poseer por derecho los asentamiento que ya tiene de hecho, y somete a condiciones difíciles, prácticamente imposibles, la creación de un Estado propio palestino. Es una paz sin territorios. Tras ese acuerdo están los intereses privados de Trump y Netanyahu. Sin comentario.

No hay recetas para la Paz pero sí tenemos la responsabilidad de saber dónde es atacada. 
Julia Aguilar
FUENTES:
https://cadenaser.com/programa/2017/09/17/punto_de_fuga/1505648270_898777.html
https://www.google.com/search?rlz=1C1SAVS_enES550ES571&biw=1366&bih=608&tbm=isch&sxsrf=ACYBGNQJKYpvCeRy7_oFzN6Gvx0dAqoUBQ%3A1580298442882&sa=1&ei=ynAxXp-sNamTjLsPoJGDkAM&q=guerra+nigeria+boko+haran+ni%C3%B1os&oq=guerra+nigeria+boko+haran+ni%C3%B1os&gs_l=img.3...163164.179895..180925...0.0..0.423.5188.25j19j1j0j1......0....1..gws-wiz-img.......35i39j0i8i7i30j0j0i7i30.q8XjOHJdsrQ&ved=0ahUKEwifuc663qjnAhWpCWMBHaDIADIQ4dUDCAc&uact=5#imgdii=i3ruoV1NhES90M:&imgrc=TUx_b6duRMrQhM:
https://elfurgon.com.ar/2017/12/28/la-guerra-contra-los-ninos-de-iraq/
https://www.publico.es/internacional/sudan-del-sur-cuatro-anos.html
https://www.tercerainformacion.es/articulo/internacional/2017/02/28/363000-ninos-somalies-sufren-desnutricion-por-sequias-y-guerra


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