FRONTERAS QUE MATAN

Decenas de migrantes inertes en la frontera de Marruecos con Melilla

Físicas o políticas, reales o imaginarias, ideológicas o religiosas.... Las fronteras son barreras creadas por el ser humano, muros defensivos que a veces se pueden antojar necesarios, pero que siempre acaban por ser el origen de conflictos: forman parte de multitud de problemas y poco o nada aportan a su solución. Haríamos bien en plantearnos la utilidad de las fronteras en un mundo justo y en el que los derechos humanos estuviesen reconocidos de hecho y de derecho.

Nos hemos acostumbrado a las noticias de desapariciones y muertes en el mar, en las fronteras terrestres, bajo o dentro de un camión. La cifra de 37 personas fallecidas en el reciente asalto a la valla de Melilla pronto será olvidada.... Y con ella iremos anestesiando nuestra capacidad de conmovernos. Hemos normalizado tan profundamente que las fronteras matan, que estos seres humanos pronto caerán en el olvido. No serán acompañados en su despedida, no habrá nombre sobre una lápida. Han sido nadies y serán nada. 

En 2021  la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) contabilizó:

937 personas muertas en su intento de llegar a Canarias, entre ellas más de 80 niñas y niños y más de 215 mujeres.

1.350 personas muertas o desaparecidas en el Mediterráneo.

41 en la frontera entre Turquía y Grecia.

98 migrantes muertos entre el Cuerno de África y Yemen.

27 personas en el Canal de la Mancha

10 en la frontera entre Bielorrusia-Polonia.

Eso sin contar a quienes intentaron llegar a EEUU y su sueño murió con ellos.

Frontera entre Grecia y Turquía
Frontera entre Grecia y Turquía

Son personas que se han ahogado, han sido machacadas entre los ejes y las ruedas de un camión, o se han asfixiado dentro de uno de ellos viajando en peores condiciones que el ganado, se han caído o  han sido electrocutadas cuando buscaban un futuro sobre el techo de un tren..... Y siempre, siempre mientras intentaban cruzar una frontera.

A  ellos hay que sumar las desapariciones y naufragios invisibles que sólo documentan las ONGs que están en contacto directo con familiares y personas a bordo de las pateras y cayucos, los que están al otro lado de las fronteras.

Las fronteras se dibujan con la sangre de quienes buscan nuevas oportunidades, de quienes apostaron por un futuro mejor y se encontraron con aquellos que se lo negaban, de quienes huyen de guerras, violencia de todo tipo, pobreza extrema, desertización de un territorio que antaño había sido fértil, de riquezas naturales esquilmadas, de matrimonios forzados, de trata de seres humanos.... Y esto no es demagogia: el dolor del fracaso al no poder cruzarla, que se paga con la muerte, está suficientemente documentado

Dar fórmulas para solucionar este drama podría tacharse de engreimiento. Pero se hace evidente la necesidad de un cambio de paradigma y de considerar que lo ético, y lo evangélico, nos ha de comprometer con la defensa de la vida, aunque ello tengamos que anteponerlo a la defensa de las fronteras. 

Frontera entre Bielorrusia y Polonia

Las políticas económicas permiten que el dinero viaje de un país a otro con sólo apretar un botón,  pues para la riqueza no existe fronteras. Son las políticas migratorias las que llevan a la muerte a miles de seres humanos en mares y fronteras. 

Pero no son los mares, ni siquiera las mafias, los que matan, son los gobiernos que no ofrecen vías seguras y legales para llegar a lo que no tienen ningún pudor por proclamar como paraíso, y las empresas que despojan de recursos y obligan a migrar.

Como mata también la indiferencia de la ciudadanía.

Julia Aguilar

FUENTES:

https://www.rtve.es/noticias/20200301/grecia-evita-miles-migrantes-crucen-frontera-turquia-mientras-se-eleva-tension/2005006.shtml

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-48856000

https://www.elcorreo.com/politica/primer-asalto-masivo-20220624103306-ntrc.html

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