HABLEMOS DE EDUCACIÓN


"Los países de todo el mundo están fallando a los niños más pobres del mundo y, al hacerlo, se están fallando a sí mismos"
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"Mientras el gasto en educación pública esté desproporcionadamente sesgado hacia los niños de los hogares más ricos, los más pobres tendrán pocas esperanzas de escapar de la pobreza, aprender las habilidades que necesitan para competir y tener éxito en el mundo de hoy y contribuir a las economías de sus países".

HENRIETTA FORE, directora ejecutiva de UNICEF

La educación se ha convertido en el epicentro del debate político. Por parte de algunos partidos, sin datos concretos y fiables que avalen su postura,  se ha recurrido a la mentira, tan eficaz siempre a la hora de generar miedo. Otros se han sumado a esa estrategia pues a la hora de oponerse al rival político todo vale.
Tratar de poner cordura en este debate es derrochar tiempo y energía y con pocas posibilidades de éxito, pues el miedo es un elemento difícil de desterrar en el pensamiento de las personas e intentar sacar a la luz la realidad, con cifras y datos contrastados, no va a servir para erradicar ese miedo por completo. El daño, pues, está hecho. Pero por coherencia y por la creencia profunda en lo que la Educación aporta a los individuos y a los pueblos, vamos a seguir ahondando en ella y reflexionando sobre sus logros, exigencias y expectativas:
La educación es un derecho reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para el año 2030.
El 24 de enero se celebra el Día Internacional de la Educación. La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció esta jornada para destacar el papel de la Educación a la hora de promover la paz y el desarrollo de las sociedades. La misma fuente afirma que la Educación proporciona recursos a las personas para que sean independientes y puedan labrarse un futuro, hace que sean más sensibles a las injusticias que sufren los demás y más conscientes sobre la emergencia climática que vive el planeta. Al mismo tiempo, garantizar el acceso a una educación de calidad permitiría conseguir la igualdad de género y romper el ciclo de pobreza que afecta a millones de personas.
A pesar de su importancia para el futuro, la educación no es un derecho garantizado para todos los niños y niñas. 
La Organización de las Naciones Unidas para Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha analizado la situación educativa en el mundo. El estudio se ha publicado el lunes 20 de enero de 2020 coincidiendo con una reunión de Ministros de Educación que asisten al encuentro anual del Foro Económico Mundial que se celebra en la ciudad suiza de Davos. También UNICEF ha elaborado su propio informe. Veamos algunos datos que nos proporcionan:
En países en vías de desarrollo, menos de la mitad de los niños más pobres han completado la educación primaria. La pobreza también afecta a los estudios de secundaria: entre los jóvenes con menos recursos, solo uno de cada cuatro acaba el primer ciclo de secundaria y uno de cada diez, el ciclo superior. Los niños y adolescentes en países en vías de desarrollo siguen siendo los más afectados por la desigualdad.
El 44% de las niñas y el 34% de los niños y adolescentes entre 10 y 19 años de las familias más pobres nunca han asistido a la escuela o la han abandonado.
Casi 1 de cada 3 niñas adolescentes de las familias más pobres en el mundo no ha podido ir nunca a la escuela
Los obstáculos que encuentran los menores más pobres para acceder a una educación de calidad son la propia pobreza, la discriminación por razones de género, la discapacidad, el origen étnico o el idioma de instrucción, la distancia física de las escuelas y la infraestructura deficiente.

El estudio de 42 países destacó las grandes disparidades de la inversión pública en educación destinada a los menores de las familias más ricas en relación con el de las más pobres. Los países africanos, una vez más son los grandes perdedores: Los diez países que presentan las mayores desigualdades de la inversión pública en educación son africano.


“La exclusión en cada paso de la educación perpetúa la pobreza”, destaca el informe de UNICEF que muestra cómo la falta de recursos para los niños más pobres agrava la crisis de aprendizaje.  
Según el Banco Mundial, más de la mitad de los niños que viven en países de ingresos bajos y medios no pueden leer o comprender una historia sencilla al final de la escuela primaria.

Lamentablemente estos datos contrastados y fiables pasarán casi desapercibidos absorbidos por el ruido de las noticias falsas. Pero no olvidemos: El derecho a la educación está reconocido como un derecho humano y es, por tanto, inviolable. Cada alumno y cada alumna ha de recibir una respuesta educativa ajustada a sus necesidades. La Escuela no se puede convertir en un obstáculo más para el alumnado más desfavorecido económicamente que ya vive de por sí una vida llena de obstáculos y huérfana de oportunidades. Éste tendría que ser el auténtico debate educativo que nos ocupara.
Julia Aguilar
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