CUANDO LOS REYES MAGOS PASAN DE LARGO

"Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana."
Miguel Hernández


De  los evangelios canónicos solo el evangelio de Mateo habla de los “magos”, sin precisar sus nombres, ni que fuesen reyes, ni que fueran tres. Tampoco se conoce el camino que eligieron para llegar desde Oriente a Belén, ni si la estrella que los guió fue tal o se trató de otro fenómeno astronómico. Pese a tanta incertidumbre la noche de Reyes es el paradigma de la ilusión. 
Sin embargo, este año también Sus Majestades pasarán de largo por no pocos hogares, y no por haberse visto sustituidos por san Nicolás o Papá Noel. Pasarán de largo porque la desigualdad es un signo de identidad de nuestra sociedad. A su paso no habrá regalos, sólo dejarán sueños rotos. Sueños de niñas y niños. Semillas de futuro que se acostumbrarán a no soñar.
La poesía, a veces, es capaz de hacernos partícipes de sentimientos que de otra forma nos resulta difícil interiorizar y nos ayuda a tender puentes, a través de imágenes, entre la realidad,  nuestro intelecto y nuestra sensibilidad.
Se acerca el esperado, y mágico, Día de Reyes y proponemos la lectura de un poema de Miguel Hernández. Mediante unos versos, sin grandes pretensiones poéticas, expresa las decepciones a las que siempre estuvieron condenados sus sueños infantiles, su sentimiento de dolor y rabia,  su pérdida de ilusión que hace que el frío, el hambre, y la soledad sean aún más difíciles de soportar: Todos los años preparaba sus abarcas en espera de los Reyes.... y ellos pasaban de largo. He aquí un fragmento:

LAS ABARCAS DESIERTAS [i] 
Miguel Hernández

Por el cinco de enero,
cada enero ponía
mi calzado cabrero
a la ventana fría.
....
Ningún rey coronado
tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado
de mi pobre ventana.

Toda gente de trono,
toda gente de botas
se rió con encono
de mis abarcas rotas.
...
Merece la pena leer el poema completo aquí.
Aunque esas abarcas cabreras, resulten ajenas a nuestro universo, seguramente nos sintamos emocionados y, tal vez, avergonzados.
Como ciudadanos occidentales, de países desarollados y en pleno siglo XXI, tenemos motivos más que suficientes  para avergonzarnos de nosotros mismos si pensamos que a nuestro lado hay niñas y niños que el Día de Reyes se sentirán más pobres que otros días, más solos y abandonados.
Pero en este mismo poema Miguel Hernández nos da pistas para nuestra redención: su persistencia en el "cada enero". Llevamos muchos cincos de enero perdidos, y aun así se nos brinda la oportunidad de analizar, reflexionar, denunciar injusticias, proponer soluciones y de comprender que todos tenemos un papel de paje que asumir para que no aumente la nómina de sueños infantiles rotos.
Julia Aguilar
IMAGEN


[i] Este poema fue publicado por primera vez en Ayuda, Semanario de la solidaridad, nº. 36, Madrid,  el 2 de enero de 1937.. Se publica unos días antes de la festividad de los Reyes Magos para apoyar la campaña de Socorro Rojo Internacional  que tenía como objetivo recaudar donativos y juguetes en beneficio de la infancia necesitada.


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