BUENAS NOTICIAS FRENTE AL DISCURSO DEL ODIO
En los tiempos que corren en
los que se focalizan en el emigrante todos los temores, los miedos y todo el
malestar debido a la falta de trabajo de calidad, es muy gratificante saber que
hay personas que son capaces de entender que ellos no son la causa de nuestro malestar o de nuestro malvivir. Es
obvio que es necesario que los Servicios Sociales gestionen el trabajo con los menores no acompañados, pero
también es obvio que tiene que haber buenas
personas dispuestas a acompañarlos y estar con ellos, como así ocurre con aquellas que se detallan a continuación:
Sheila Gonzalo y Yassine |
“La España silenciosa que sí acoge a jóvenes
inmigrantes.”
Así titula el diario El País
un artículo aparecido recientemente en el que pone de manifiesto el
aumento de iniciativas sociales que tienen como objetivo paliar la situación de
desamparo en la que desembocan los adolescentes extranjeros solos al cumplir 18
y dejar de estar tutelados por la Administración. Veamos algunos ejemplos:
“Sheila
Gozalo, una mujer vasca de 35 años, se convirtió en tía de Yassine, marroquí de
Agadir, hace 12 meses. No hubo por medio trámites legales, solo la voluntad de
vincularse afectivamente. Y cuando el 28 de agosto Yassine cumplió 18 y la
Administración le retiró la residencia que le proporcionaba como menor no
acompañado, Sheila le abrió la puerta de su casa y lo tuvo alojado un mes,
hasta que la Diputación Foral de Gipuzkoa le asignó una plaza en un piso de
inserción sociolaboral. “No iba a dejar que durmiera en la calle, obviamente”,
dice la mujer, que es educadora social y en 2018 se convirtió en mentora del
chaval a través del programa Izeba (que significa tía en euskera).”
Y el mismo artículo añade otro ejemplo:
Imagen de inicio de Punt de Referència |
“Soufiane
tuvo ayuda en ese tránsito. Poco después de alcanzar la mayoría de edad pasó un
año viviendo en casa de un matrimonio con dos hijos en Sant Feliu del Llobregat
(Barcelona), al que llegó a través de un programa de la entidad Punt de
Referència. Y aquello, asegura, cambió su trayectoria vital. “Decir que me
salvaron la vida es un poco exagerado, pero sin ellos lo hubiera tenido todo
mucho más difícil. En el centro siempre estaba con otros chicos y con la
familia abrí los ojos, me ayudaron a terminar la ESO y me mostraron el camino
para conseguir un trabajo”, dice. Seis años después, el joven marroquí es
auxiliar sanitario en una residencia en Barcelona, y la relación se ha
mantenido. Este verano viajó con su familia catalana a visitar a su familia en
Tanger.”
I |
Imagen de inicio de Jóvenes migrantes acompañados por Cáritas Girona |
A principios de año, Cáritas inauguró Cal Manco, una antigua masía de Caldes de Malavella, Girona, reconvertida en un espacio donde 20 jóvenes extranjeros extutelados viven y se forman para trabajar. “Para limar la desconfianza con la que algunos los recibieron, celebramos una jornada de puertas abiertas a la que vinieron muchos vecinos. Establecimos relación con la asociación de vecinos, los clubes deportivos, el grupo excursionista y otras entidades locales. Y ha funcionado. Ahora cuando se los cruzan por la calle no los ven como extraños, sino que dicen: ahí va Hamza o Oualid”, comenta Joel Macias, uno de los educadores.”
Merece la pena leer el
artículo completo aquí.
En cartas a la Directora de
El País, este 14 de Marzo se publicaba
una de la que reproducimos un fragmento:
Acoger y respetar, mi
experiencia con Ismail
Cada
miércoles me encuentro con Ismail. Entendernos nos supone un esfuerzo a los
dos, los gestos nos ayudan, y a menudo nos reímos con las confusiones. Tiene 17
años y es uno de los llamados menores extranjeros no acompañados —Menas— que
llegó a Barcelona hace un año. Está aprendiendo un oficio y se esfuerza por
mejorar en la comunicación. Soy su mentora en un programa piloto de la
Generalitat, y tengo la fortuna de acompañarle, de forma voluntaria, en esta
etapa. Gloria Langreo. Barcelona.
Carta completa
aquí.
Las graves consecuencias de
las noticias falsas y los discursos del odio están ahí, han llenado las urnas
electorales y están contaminando de tintes discriminatorios las decisiones de
nuestros políticos. No vamos a poder evitar la propagación de discursos
xenófobos y racistas, pero no debemos tolerar lo intolerable (Ver Los límitesde la tolerancia), ni cruzarnos de brazos instalados en un lamento permanente. Hemos de denunciar todo aquello que atente
contra la verdad y la dignidad de las personas, en especial de las más
vulnerables. También debemos de hacernos eco, de anunciar, aquellas iniciativas que ponen de manifiesto la bondad
del ser humano y su capacidad de acogida y acompañamiento.
Mª del Águila Ruiz
FUENTES:
IMÁGENES:
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