DÍA INTERNACIONAL PARA LA ERRADICACIÓN DE LA POBREZA


"La pobreza no está escrita en los astros; el subdesarrollo no es el fruto de un oscuro designio de Dios.”

« Allí donde hay hombres y mujeres condenados a vivir en la miseria, los derechos humanos son violados. Unirse para hacerlos respetar es un deber sagrado. »
Padre Joseph Wresinski

El 17 de octubre de 1987, el padre Joseph Wresinski (una de las primeras personas que puso en evidencia el vínculo directo entre los derechos humanos y la extrema pobreza) hizo un llamamiento para luchar contra esta lacra, animando a conmemorar el Día Mundial para la Superación de la Pobreza Extrema. Ese día, defensores de los derechos humanos de muchos países se reunieron en la conocida plaza Trocadero de París para rendir homenaje a las víctimas del hambre, la ignorancia y la violencia, y para  reafirmar su convicción de que la miseria no es una fatalidad, como con tanto acierto expresa Eduardo Galeano. Testimonio de este hecho es una placa conmemorativa en dicha plaza. Cinco años después, la Asamblea General de las Naciones Unidas, inspirada en ese llamamiento, declaró el 17 de octubre como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. 
Pese a los esfuerzos que sin duda se están haciendo en todo el mundo (el umbral de la pobreza extrema se redujo en más de la mitad entre 1990 y 2010), más de 800 millones de personas aún viven con menos de 1,25 dólares al día y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). 
Hay que señalar, además, que la reducción de la pobreza extrema no se ha producido de forma homogénea: Mientras en unos pocos países asiáticos, principalmente China e India, la disminución ha sido notable, la tasa de reducción de la pobreza ha sido mucho más lenta en los países de bajos ingresos, especialmente en el África subsahariana donde en realidad el número absoluto de pobres ha seguido creciendo.


La Pobreza no es únicamente una cuestión de falta de ingresos. Se trata de un fenómeno que comprende, además, otros aspectos tan fundamentales como la falta de las capacidades básicas para vivir con dignidad. La pobreza es en sí misma un problema de derechos humanos urgente y es a la vez causa y consecuencia de violaciones de los mismos, pues se caracteriza por vulneraciones múltiples e interconectadas de los derechos individuales, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, y las personas que viven en ella se ven expuestas regularmente a la denegación de su dignidad e igualdad. Reducir la pobreza y erradicarla es por tanto una obligación de todas las sociedades.
"En un mundo caracterizado por un nivel sin precedentes de desarrollo económico, medios tecnológicos y recursos financieros, es un escándalo moral que millones de personas vivan en la extrema pobreza", tal y como se asegura en el prefacio de Los Principios Rectores sobre la Extrema Pobreza y los Derechos Humanos.
Esta conmemoración se convierte en un día para la reflexión, para el análisis de lo que está ocurriendo en nuestro mundo, y para el descubrimiento de qué papel podemos desempeñar cada uno de nosotros para la construcción de un entorno más humano e igualitario, donde la Justicia Social sea el referente de todas nuestras acciones y el aliento que anime nuestros proyectos de intervención.

También es un día para analizar y denunciar las nuevas amenazas como el deterioro de los ecosistemas, la gestión insostenible de los recursos naturales y el cambio climático que están afectando de manera desproporcionada a los pobres. A menos que estas tendencias se detengan y se reviertan, el objetivo de erradicar la pobreza nos seguirá siendo esquivo.
Julia Aguilar


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