PRECISAMENTE AHORA
Precisamente ahora...
Cuando
la desilusión nos aguarda en cada esquina y nos invita a
convertirnos en cómplices suyos...
Cuando
las esperanzas se hunden día a día y tratar de mantenerlas nos hace aparecer
ante mucha gente como unos ilusos...
Cuando
se impone la huida de los perdedores pues ellos no tienen futuro pero pueden
comprometer el nuestro...
Cuando somos testigos de que demasiadas personas tienen en la
soledad no elegida la única compañía permanente...
Cuando
estamos tentados de vivir bajo anestesia, pues ser plenamente conscientes nos resulta a menudo insoportable...
Cuando
unas veces perdemos la calma y otras, cruzados de brazos, nos perdemos en la
calma y mientras el equilibrio se nos llena de goteras...
Cuando
tendemos a dosificar esfuerzos y a la mediocridad de vivir bajo mínimos, porque
testimoniar que la nuestra es una vida-vivida puede parecer un derroche e
incluso una provocación...
Cuando
nos estamos construyendo un mundo a nuestra medida, a la de unos pocos, y un
Dios que quepa en él sin distorsiones y encima, anoréxicos de alma, cada vez
reducimos más su talla...
Cuando
en ese mundo hemos colocado el cartel de “Reservado el derecho de admisión”, no
sea que visitas inoportunas ocupen nuestro espacio, nuestro tiempo, nuestro
trabajo...
Cuando optamos por admitir respuestas pobres, pero tranquilizadoras, porque no
soportamos la incertidumbre de tanta pregunta abierta, y buscar se nos antoja un
ejercicio de riesgo...
Cuando
el deseo de que la utopía tome cuerpo nos impulsa a seguir soñando, pero el
análisis riguroso de la realidad nos obliga a corregir los sueños...
Cuando
el miedo nos impide volar e intuimos que los temores terminarán por amputar
nuestras alas...
Cuando
la paz se tambalea y la paloma, víctima ella también de daños colaterales, ya
no está para esos vuelos...
Cuando
nos cuesta trabajo reconocernos en los demás, tal vez porque estamos perdiendo las señas de identidad de nosotros mismos...
Cuando
hemos olvidado la capacidad de asombro y nos cuesta reconocer el valor de lo
gratuito, porque no estamos para sorpresas ni insignificancias...
Cuando
nos imponemos amar con cautela por temor a que el corazón no resista el peso de
tanto abrazo...
Cuando
esquivamos nuevos encuentros porque tras cada mirada compartida adivinamos el
riesgo de nuevos compromisos y exigencias...
Cuando
tantas y tantas interferencias son un obstáculo para escuchar los ecos de la
Buena Noticia y el Reino se nos antoja tan irreal como atrezo de ficción...
Cuando...
Precisamente ahora, cuando tanto lo necesitamos, la promesa se cumple: El buen Dios de la Vida, por amor, ha decidido encarnarse en Mujer para compartir carne y destino con el ser humano, con todo ser humano.
Precisamente ahora, cuando tanto lo necesitamos, la promesa se cumple: El buen Dios de la Vida, por amor, ha decidido encarnarse en Mujer para compartir carne y destino con el ser humano, con todo ser humano.
¿Quién
se va a negar a aceptar el reto de la mirada de este Niño?
Así que volveremos a elegir apostar por los perdedores, tratando de identificar sus mil caras, y haciendo de su futuro el nuestro...
Así que volveremos a elegir apostar por los perdedores, tratando de identificar sus mil caras, y haciendo de su futuro el nuestro...
E intentaremos mantener abiertas las puertas de nuestras vidas, porque nos
reconocemos afortunados y la suerte hay
que compartirla...
Y procuraremos desentumecer las alas y ahuyentar los miedos para continuar
soñando y levantando la voz contra las injusticias, de forma serena, pero firme y constante...
Y amaremos de todo corazón, sin medida ni condiciones, porque nos sentimos llenos y llenas de su Amor...
Y amaremos de todo corazón, sin medida ni condiciones, porque nos sentimos llenos y llenas de su Amor...
Y defenderemos la Alegría profunda, ésa que es compatible con el dolor y las ausencias...
Y trabajaremos, tal vez despistados y algo perdidos, por hacer realidad la utopía del Reino, porque no podemos permanecer insensibles a la llamada de la Gran Noticia que este Niño nos trae...
Porque
precisamente ahora, cuando más lo necesitamos, nos nace el Niño.
Tenemos un gran motivo, el mejor de los motivos, para felicitarnos.
Tenemos un gran motivo, el mejor de los motivos, para felicitarnos.
Julia Aguilar
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