25 -N: UN DÍA PARA LA REFLEXIÓN Y EL COMPROMISO

«Acojo con beneplácito el coro de voces que piden que se ponga fin a la violencia que afecta a alrededor de una de cada tres mujeres a lo largo de su vida. Aplaudo a los dirigentes que están ayudando a promulgar leyes y a hacerlas cumplir, y a cambiar mentalidades. Rindo homenaje, además, a todos los héroes en el mundo que ayudan a las víctimas a sanar y a convertirse en agentes de cambio.»
Ban Ki-moon (Sectretario General ONU 2007-2016)


La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró, en 1999, el 25 de noviembre como el Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer. Los movimientos feministas latinoamericanos ya celebraban este día desde el año 1981, en recuerdo de la fecha en la que fueron asesinadas las hermanas Mirabal en la República Dominicana, en el año 1960.

Con bastante frecuencia, las celebraciones tienen un símbolo, como puede ser en este caso el lazo morado. Está bien mostrarlo pues tiene un sentido y hace visible un problema. Pero no debemos tranquilizar nuestra conciencia por el mero hecho de lucirlo un día al año y, mucho menos, trivializar un problema que la ONU califica de pandemia. Éste ha de ser un día para adentrarnos en el conocimiento de su alcance (que va mucho más allá del número de víctimas mortales) y de sus múltiples formas de actuar. Un día para la reflexión y el compromiso.

La violencia contra la Mujer es una de las violaciones de los Derechos Humanos más extendida, ya que se manifiesta de forma física, sexual o psicológica, es transversal en todas las etapas de la vida de la mujer y, aun cuando se agudice en situaciones de pobreza y de escasa educación, se da en todos los continentes y entre todos los estratos sociales. 



Veamos algunas de sus manifestaciones. En ellas trataremos de orientar la mirada hacia un análisis general, sin olvidarnos por ello de la situación específica de la Mujer africana:

Violencia por parte del marido o compañero sentimental: Es la forma de violencia más habitual sufrida por las mujeres a nivel mundial. Se trata una violencia física, sexual o psicológica, sufrida por la Mujer y llevada a efecto por parte de su pareja. De España, Europa y, en general, del mundo occidental del norte tenemos bastantes datos a nuestro alcance, al menos de los casos denunciados. Y con respecto a África:

Los abusos sexuales dentro del matrimonio ni siquiera están tipificados como delito en la mayor parte de las legislaciones africanas, son invisibles y se aceptan como parte del hecho conyugal.

Acoso y violencia sexual: Se trata del uso de la sexualidad de una persona por parte de otra mediante coacción, sea cual sea su relación con la víctima o las circunstancias. He aquí algunos datos:

La pobreza, la promiscuidad en la que vive la gente y la creencia de que el hombre puede poseer a la mujer a su antojo provoca muchas violaciones” Aissatou Kanté, jueza senegalesa especializada en asuntos de familia y menores.

En la República Democrática del Congo la violación es un arma de guerra.

En Sudáfrica una mujer es violada cada 26 segundos, seis veces más que la media global.

El último informe de Plan Internacional sobre el Lago Chad refleja que la violencia que sufren las niñas en Nigeria, en Níger y Camerún, no la cometen sólo los terroristas, sino que los abusos y agresiones proceden del entorno familiar.

Trata de seres humanos: Hace referencia a la adquisición y explotación de mujeres, especialmente con fines sexuales, que se lleva a cabo mediante la fuerza, la coacción o el fraude. En esta situación se encuentran millones de mujeres y niñas de todo el mundo.

Mutilación genital: Consiste en la lesiones y alteraciones que se infringen en los órganos sexuales femeninos y que conllevan dolor físico, psicológico  e importantes riesgos sanitarios.
Burkina Faso fue uno de los países promotores de la Resolución, aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 20 de diciembre de 2012, dirigida a intensificar los esfuerzos a nivel mundial para lograr la eliminación de la MGF. ¿Por qué, a pesar de estar prohibida legalmente, y del intenso trabajo realizado en su contra en el país, se sigue practicando?  La práctica está muy arraigada culturalmente en su
sociedad, ya que se considera que facilita el matrimonio de las mujeres y mejora su estatus en la sociedad. 
Por otra parte no se practica de forma uniforme a todas las mujeres: el riesgo de padecerla se incrementa si se pertenece a determinadas etnias como, por ejemplo, la Mossi; si se vive en un medio rural o cuando el nivel educativo de la madre es menor. Ninguna religión aprueba la práctica de la MGF; sin embargo, es más prevalente en familias musulmanas (80%) que en las católicas y protestantes (60%).

Matrimonio infantil: Su propio enunciado deja claro su significado. Pero hemos de ir más allá para entender sus implicaciones: Pone fin a la educación de la niña que se ve abocada a él y elimina de raíz su derecho a elegir la vida que quiera vivir. Además, diversas investigaciones confirman que las niñas que se casan en su infancia corren un mayor riesgo de sufrir violencia por parte de su pareja. ¿Algunos datos?

4 de cada 10 niñas de África occidental se casaron antes de cumplir los 18 años, y 1 de cada 7 estaba casada o vivía en pareja antes de cumplir los 15

Con respecto a Burkina Faso:
En 2015, Amnistía Internacional  denunció en el informe 'Coaccionadas y privadas de derechos: Matrimonios forzados y obstáculos a la contracepción en Burkina Faso', que en este país  el matrimonio forzado estaba arrebatando la infancia a niñas de no más de 13 años. Y ello se produce aun cuando la legislación fija los 17 años como la edad mínima para contraer matrimonio.  A los problemas que esto conlleva hay que añadir los obstáculos para conseguirlos y el coste económico de los métodos anticonceptivos.

Las conmemoraciones están marcadas. Podemos considerarlas como un añadido más al calendario y dejarlas pasar, o considerarlas como una oportunidad para adentrarnos en el conocimiento de unos problemas que están ahí y no han sido inventados para la ocasión. El 25-N puede ser una oportunidad para adentrarnos en el conocimiento de una realidad que afecta a un porcentaje muy grande de la mitad de la población mundial, la femenina. Conocer, reflexionar, romper el silencio y actuar es el comienzo del fin de los grandes problemas, aunque su plazo sea largo.
Julia Aguilar

Comentarios

  1. Gracias por este artículo tan bien documentado.
    Un abrazo

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    1. Gracias por hacerte eco de él. Sería estupendo que todos conociéramos tu nombre

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    2. Perdonad. No se identificarme. Soy hermana Rosario Martínez

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